ESCLAVITUD

80. ESCLAVITUD

LA esclavitud fue en su momento un importante avance social y humanitario. En vez de herir, matar o expulsar a los miembros de la tribu enemiga algunas personas de mentalidad abierta y progresista pensaron que tal vez sería mejor respetar la vida del adversario y a cambio explotar su fuerza física. Gracias al trabajo esclavo tuvieron tiempo los griegos y los romanos para inventar la democracia y la burocracia y las carreteras y los grandes espectáculos de masas. Fue la progresiva cristianización de aquella sociedad lo que hizo que la esclavitud disminuyera. Al final desapareció, junto con algunos lujos refinados y unos cuantos “avances” culturales. La gente fue entendiendo que el fin no justifica los medios. Que era mejor no tener circo que jugar con la vida de gladiadores esclavos. Mejor no tener servicio que emplear servidores sin libertad. Los cristianos medievales, como después los españoles en América, escogieron el camino más difícil. Sabían que la casta de los “ciudadanos” sería más próspera y culta si se sustentaba en una masa de esclavos. Pero optaron por respetar la libertad de todas las personas. Actualmente la tentación de esclavizar para poner orden, la de quitar libertad para dar bienestar, la de ordenar y mandar para el pueblo pero sin el pueblo sigue estando más vigente que nunca incluso después de la caída del comunismo. Los esclavistas siempre han encontrado justificaciones para esclavizar. La esclavitud no anda lejos. Está escondida detrás de todos los ataques que recibe la dignidad fundamental de cada uno de los hijos de Dios. Reaparecerá si seguimos confundiendo a las personas con las COSAS.

F. Javier Garisoain