BIENESTAR

88. BIENESTAR

MUCHO bienestar y mucho malser. Muchotener y pocodar. Cuando el bienestar es el único ideal que proclaman los políticos una de dos: o se lo creen y entonces da pena tanto materialismo, o bien no se lo creen y entonces hay que temerse que lo que realmente busquen sea tenernos adormecidos y sometidos a su poder. El político que no distingue entre ser y estar o da pena o da miedo. Lo que la gente realmente necesita es ser buena más que estar bien. La política progresista -o centroreformista- del bienestar es una huida hacia adelante que pone parches a los parches rotos y que crea una frustración que nunca se apagará con dinero. Cuando los políticos se olvidan que el hombre es un ser espiritual ponen las bases de todas las desgracias futuras. Y además la experiencia nos demuestra que ni siquiera ese bienestar es posible para todos. En el siglo XIX el bienestar de los burgueses se fundaba en el malestar de los obreros. En el siglo XXI el bienestar del Occidente egoísta se funda en el malestar de los países pobres. El bienestar que proclaman es mentira. Lo que un político cristiano tendría que hacer no es buscar "cotas de bienestar" sino de “bienser”. Menos pan y circo al pueblo y más procurar por todos los medios que la gente sea mejor. Menos acallar conciencias a base de subvenciones y más animar todos los valores espirituales que, mire Vd. por dónde, en la España del siglo XXI coinciden con los que predicamos -y tal vez no siempre ponemos por obra- nosotros, los CATOLICOS.

F. Javier Garisoain